25 agosto, 2008












ABRIR LOS OJOS

Cuánto soñamos en aquellos días;
Qué dulce el aroma de la revolución,
Las camisetas del Ché y las banderas rojas;
Cuántas ganas de igno
rarlo todo,
De inventar otra vez el mundo,
De cambiar las estructuras de la sociedad
Como quien cambia de coche.

Lo malo fue despertar
Y abrir los ojos
Y descubrir que el tiempo se había olvidado de nosotros,
Que la historia nos había cogido así,
Como por casualidad, casi a traición,
Saliendo por la puerta del supermercado,
Con la mirada incrédula y la sonrisa puesta,
Cargados de años y de niños,
Con las bolsas de la compra y la hipoteca,
Con nuestra perplejidad latente,
Sin comprender cómo pudimos morir tan pronto,
Sin recordar quién marcó tantas cruces en el calendario
Ni cómo se arrugaron nuestros conceptos
Ni qué viento se llevó nuestra juventud
Y marchitó nuestros ideales.

20 agosto, 2008

DE VISITA EN JIMÉNEZ PONCE

Madre, ¿dónde estás?

Ese dolor incomunicable,
Esa sonrisa silente y aún vivaz
Mantienen intactos tus ojos y tus manos de niña;
Y yo te miro con ternura;
Y tú me miras desde tu antigua inteligencia,
Desde esa sombra de humanidad que crece
En páramos inexistentes,
En espejismos ciegos de palabra.

¿Te acuerdas, madre?

Afuera, más allá de ti y de tus ojos,
En el jardín de esta residencia de ancianos
O en la calle próxima donde juegan los niños
Se halla el mundo que tú me enseñaste,
Esa luz infinita que se renueva en continuo presente;
Y sin embargo los ecos que habitan tu memoria se desgastan
Como el dibujo de una roca asolada por el mar.

¿Te acuerdas, madre?

Dos y dos son cuatro,
Ese cuatro que hoy es tan viejo
Y que yo escribí en mi cuaderno escolar;
A Don Jirafa le creció el cuello
Porque olvidó ponerse su pajarita.

Y mientras tú duermes
Detenida en la silla de ruedas
O ríes (a ratos)
O lloras (a ratos);
Y entonces yo vigilo tu bolsa de orina
Y pregunto a la asistente
Y rezo despacio
Y cuento las llagas de tu cuerpo inmóvil

Madre, ¿dónde estás?

Me acerco y te busco y no te hallo
Y te encuentro desorientada
En tu isla de pausas y silencios,
En tu paréntesis sin memoria;
Y te veo sonreír desde el otro lado de las cosas
(Porque aún sonríes a ratos),
Y entonces comprendo
Y entonces sé
Que yo tengo memoria
Sólo para no olvidarte.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]