25 enero, 2007
ROSA, TU VOZ ES UN ALA
Rosa, tu voz es un ala,
Un duendecillo ensimismado y libre
Que se ha empapado de luz sin pretenderlo;
Tu lenguaje te dice abiertamente
Y llena el aire de una alegría
Sabiamente administrada,
De una nostalgia
Asombrosamente certera.
Rosa, tu voz procede
No sólo de ti, también surge de dentro
De las cosas;
Porque tú te ocultas
Cuando hablas;
Y en ti comienza a hablar el mundo
Tan cerca y tan despacio
Como en esta letanía anónima
De la tarde;
Como en esta ilusión
Que vive sólo
-Antigua y firme -
De tu palabra.
Rosa, quizá olvide
La amable geografía de tu rostro,
La música palpable de tus gestos;
Pero no olvidaré
La forma exacta y sin materia
De tu lenguaje,
El hada inquieta
Que tu voz despierta
En las realidades más cotidianas.
O lo viejo y olvidado que queda todo
-Así, de repente,
Sin previo aviso -
Cuando tú callas.
Rosa, tu voz es un ala,
Un duendecillo ensimismado y libre
Que se ha empapado de luz sin pretenderlo;
Tu lenguaje te dice abiertamente
Y llena el aire de una alegría
Sabiamente administrada,
De una nostalgia
Asombrosamente certera.
Rosa, tu voz procede
No sólo de ti, también surge de dentro
De las cosas;
Porque tú te ocultas
Cuando hablas;
Y en ti comienza a hablar el mundo
Tan cerca y tan despacio
Como en esta letanía anónima
De la tarde;
Como en esta ilusión
Que vive sólo
-Antigua y firme -
De tu palabra.
Rosa, quizá olvide
La amable geografía de tu rostro,
La música palpable de tus gestos;
Pero no olvidaré
La forma exacta y sin materia
De tu lenguaje,
El hada inquieta
Que tu voz despierta
En las realidades más cotidianas.
O lo viejo y olvidado que queda todo
-Así, de repente,
Sin previo aviso -
Cuando tú callas.
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